Algunos apuntes mientras el insomnio causa estragos.

1. El feminismo tendría que empezar a asumir un análisis de cómo la sociedad patriarcal deposita en las madres la exigencia de la normalización heterosexual exitosa de sus hijxs intersex. Debería no solo analizar desde el consabido tema de cuidados: debería también analizar el daño a menudo irreparable que provoca en la relación entre madres e hijxs.
2. ¿Por qué siguen fomentando la idea de que no somos seres merecedores de ser amados, a menos que haya un proceso para materializar el género a punta de forzar unos genitales o de remover las gónadas no normativas? ¿Por qué no les dan tiempo e información, acompañamiento y escucha, a nuestras madres? ¿Por qué las vuelven culpables de sus propios prejuicios clasistas, sexistas y raciales?
3. A título personal, yo culpo a los médicos por la depresión que vivimos, pero también por la angustia a que sometieron a nuestras madres. Ustedes creen que todo se resuelve con diagnósticos y protocolos. Pero son ellas quienes tienen que vernos languidecer conforme crecemos. Son ellas quienes tienen que afrontar el infierno de nuestra rabia. Ellas, aunque son las manos de ustedes, bienintencionadas eminencias en bata blanca, las que están tintas con nuestra sangre, la sangre de quienes vivimos para contarla, y la de quienes están tratando de no morir ahogados por el silencio.
4. Ustedes, que repiten como loros los discursos científicos, “anomalías”, “trastornos”, “desórdenes”, ustedes son responsables con su impoluta e ingenua aspiración positivista de objetividad, de perpetuar los miedos de nuestras madres, de validar la violencia de la sociedad hacia nuestros cuerpos. Ustedes, si tienen conciencia de las faltas graves de su campo médico, ¡actúen!
5. Nuestras madres son el otro gran silencio. El silencio de quienes ya no están; el silencio de quienes ven crecer a sus hijxs en zozobra; el silencio de quienes solo quieren un poco de paz después del infierno al que hemos sobrevivido, ellas y nosotrxs.
6. También las personas intersex podemos ser madres. ¿Pueden dejar de pensar que la fertilidad (que la tenemos) es la única vía a maternidades deseadas?
Felicidades, mamá. Gracias por hacer lo que el sistema médico no quiso hacer por ambas: abrirnos una ruta hacia la memoria y el sentido.
Felicidades a todas las madres intersex. Felicidades a todas nuestras madres, también.