Ya desde que somos bebés tenemos la necesidad de afecto y aceptación, de ser apreciados por como somos sin ser juzgados. Pero lo cierto es que hemos nacido y crecido en el seno de una familia, de una sociedad. Luego, la realidad es que familia y sociedad nos demandan ser así y asá si queremos afecto y aceptación. Podemos hacer de cuenta que nos volvemos impenetrables al llegar a la edad adulta, para escondernos en una coraza que repela burlas, rechazos, críticas, agresiones; pero de pequeños lo que buscamos es el reconocimiento, el consejo, el acompañamiento, el cariño, puesto que no tenemos ni idea de lo que es el mundo, y la realidad es que éste es más salvaje que lo que estamos dispuestos a reconocer en nuestra ingenuidad adulta.

Planteo lo anterior como trasfondo de lo difícil que es crecer y vivir como una persona promedio, una persona capaz de mezclarse en el anonimato de la multitud, en el paisaje de la vida cotidiana, sin sufrir más embates de la realidad salvaje que los típicos. Ahora, ¿crecer y vivir como intersexual? No bien se ha nacido, y ya hay un rechazo: ¿pueden imaginar lo duro que resulta ser rechazado desde el momento en que se nace, sea cual sea el prejuicio? Porque esa impresión no se borra, va directo al inconsciente y nunca desaparece del todo.

Llamo «salir al mundo» a esta primera publicación porque quiero sembrar la pregunta y dejar abierta la puerta a las ideas, al debate. No a un conflicto beligerante de «yo tengo la razón», sino a un entendimiento de las múltiples realidades que confluyen en esa realidad salvaje en que nos jugamos la vida, tratando de ser felices y productivos. Salir al mundo aportando estas letras para romper el silencio y la invisibilidad. No somos errores, ni somos fenómenos. No somos antinaturales, porque de la naturaleza hemos nacido. Somos personas. Tenemos y hemos tenido los mismos problemas que otras personas, excepto que debimos cargar con el estigma de una gran interrogante de esa sociedad que nos etiquetó como patología, por ignorancia, por temor, por conveniencia a sus intereses.

Salir al mundo para que seamos visibles. Aquí estamos. Aquí hemos estado desde hace muchos, muchos años.

Bienvenidxs.